Los cuerpo sutiles del Hombre
El tema de los cuerpos sutiles del hombre ha sido siempre de gran relevancia dentro de los estudios de las diversas escuelas esotéricas. Aunque cada orientador, referente u organización puede tener su propia opinión sobre las características y funciones de los cuerpos sutiles, cada uno está de acuerdo de su existencia y de su importancia.
Por ejemplo, los Gnósticos piensan que los cuerpos sutiles son tres: El cuerpo causal, el Mental y el astral. Consideran que los cuerpos sutiles se deben crear o activar por medio de la transmutación de la energía sexual y una vez que son activados, sirven de vehículos para viajar por los planos: astral, mental y causal. Un planteamiento parecido es el que ofrece la Teosofía.
Existen serios cuestionamientos sobre la opinión de los Gnósticos modernos, relacionada a los cuerpos sutiles, que en realidad es una idea copiada de la teosofía, ya que el Ser Interno de cada quien es el único que puede viajar a ciertos planos de vibración espiritual, según su propio nivel vibratorio y para hacerlo no necesita de ningún vehiculo.
Otro punto de vista es el que los cuerpos sutiles no necesitan ser activados o creados, ellos de hecho están activos en cada persona y su verdadera función es la de servir como instrumento de comunicación entre el hombre físico y los espíritus de los diversos planos de vibración espiritual.
Finalmente lo que sí podría ser cierto es que por medio del DESPERTAR y la trasmutación de la energía sexual, todas las experiencias de la vida de una persona quedan mejor grabadas en su cuerpo causal. Como toda persona que muere arrastra su cuerpo causal al momento en que su espíritu se integra a su espíritu maestro o Thetán, dicha característica del cuerpo causal integrada conceptualmente en la sustancia del Tethán, facilita el proceso de renacimiento automático del espíritu que desencarnó.
Pongamos atención a lo que nos dice el Grupo ELRON sobre este tema.
Los cuerpos sutiles
Cuerpos sutiles: Según la filosofía esotérica, centros energéticos vibracionales que se encuentran alrededor de un ser encarnado, por los cuales fluye la energía vital. Estos centros comunican a ese ser, por un lado, con su Yo Superior (Thetán) y, por el otro, con las entidades espirituales, tanto de Luz como del error. Con el primer cuerpo se comunican los Espíritus de LUZ para transmitir conceptos de armonía y conciliación, tratando de que el ego no tenga tanto "poder" sobre el ser humano. Con el segundo cuerpo, el Mental se pueden comunicar todas las categorías espirituales: las de LUZ para orientar en una confusión o en un lapsus de memoria, y las del error para confundir o crear más caos en la mente de esa persona. Y con el tercer cuerpo, el de deseos, se comunican tanto los espíritus del error como los demonios y las Energías lúdicas, que buscan hacer crecer el rencor, la tentación, la intolerancia, la soberbia, etc. que son los roles más conocidos del Ego. Si el ser encarnado se halla medianamente equilibrado, puede hacer caso omiso de su cuerpo de deseos (que muchos se lo confunden erróneamente con el sexo) y prestar atención solo a su cuerpo causal.
Pero mientras el cuerpo de las ideas sirve de receptáculo o depósito para la esencia de las experiencias del ser humano en sus varias reencarnaciones, en el cuerpo causal se entreteje todo cuanto puede perdurar, y en el mismo se conservan las cualidades que el ser humano llevará a la próxima reencarnación. De manera que la manifestación inferior del hombre, es decir, la expresión pensante del mismo se graba en su cuerpo de ideas y sus "aprendizajes" quedan arraigados en su cuerpo causal. Por eso el cuerpo causal es el receptáculo de todo lo duradero, de lo noble y armonioso. Toda emoción pura y elevada, asciende en vibración en dicho cuerpo. Y así como la labor específica del cuerpo causal es la decodificación del pensamiento espiritual, la tarea del cuerpo de las ideas es conservar las vivencias y los pensamientos en las distintas vidas. Lamentablemente, el ego abarca este cuerpo mental y puede manipularlo para que los conceptos elaborados sean erróneos. Si esto lo trasladamos al cuerpo causal, diremos que el Bodhisattva rehúsa el goce de la Iluminación que le transmiten los espíritus de Luz y sigue vivenciando el sufrimiento del entorno, para estar "en compromiso permanente" con el dolor y enseñar que el mismo desaparece al vencer cada ser humano su apego. |