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Boletín 64

Usted cree o no cree en Dios


A un despierto le preguntaron, si creía o no en Dios  y este simplemente contestó,  NO CREO EN DIOS, sin embargo, permítame aclarar mi respuesta.

En mi opinión muy particular, la palabra o el término CREO  del verbo creer,  es muy inconsistente o no es el más apropiado para referirnos a nuestra convicción sobre la existencia o no existencia de Dios.

El verbo creer denota cierto nivel de inseguridad, duda, fluctuación, titubeo e inconsistencia. Debido a esa inseguridad,  hoy podríamos creer en Dios y dentro de un mes o en el futuro  podríamos cambiar de opinión.  

En la actualidad podríamos  creer en el Dios de los cristianos católicos y mañana nos cambiamos al Dios de los evangélicos, budistas, musulmanes, de los vedas, otros. Pero lo peor de todo es la posibilidad de convertirnos en unos verdaderos ateos insoportables.

Por ejemplo, cuando decimos; creo que mañana iremos de compras, implícitamente estamos indicando,  que no estamos seguros de ir de compras mañana.  De igual manera cuando decimos;  creo que mi secretaria esta embarazada, de hecho estamos   indicando que no tenemos la certeza de que ella se encuentre en tal estado.

Son muchos los que creían tener la plena convicción de la existencia de Dios y hoy en día por diversas circunstancias y experiencias de la vida, no creen en nada ni en nadie, ni ellos mismos.

Lamentablemente como no contamos con un centro magnético mental sólido y unificado,   nuestra estructura psicológica fragmentada constantemente nos esta traicionando y lo que hoy aceptamos como una verdad absoluta, mañana lo rechazamos con el más elocuente desparpajo

Por todo lo antes expuesto, cuando me preguntan, si creo  o no creo en Dios respondo: “Yo no creo en Dios” y aclaro  “Yo tengo la certeza y la seguridad plena de que Dios Existe”.

Tengo la absoluta convicción de la existencia de un Dios único y de absoluta perfección, sabiduría, bondad, amor, compasión y justicia, que es igual para todos y que no tiene preferencias para nadie.

Tengo la total seguridad de la existencia de un Dios eterno e inmutable, que es una especie de energía inteligente que no tiene forma, ni tamaño, que se encuentra en todas partes y desde luego, un fragmento infinitesimal de Él, es lo que sustenta y le da la vida a al cuerpo físico de los humanos de este mundo y a los seres inteligentes de cualquier rincón del universo. Ese fragmento infinitesimal o  principio activo es a lo  que se le conoce normalmente  como el espíritu del hombre.

Tengo la absoluta certeza de la existencia de un Dios,  que no castiga, no es vengativo, no se impone, ni intimida. Un Dios que no exige, ni necesita  que lo amen o lo adoren, ni que le tengan temor.

Esta respuesta parece algo arrogante o pretensiosa y las  preguntas que de inmediato surgen,  podrían ser las siguientes: ¿Como se puede llegar a tener dicha certeza sobre la existencia de Dios?  y si  ¿Esa seguridad sobre la existencia de Dios es una percepción que solo lo pueden alcanzar unos pocos?

Respuesta:

Todas las personas, todo individuo puede llegar a tener la plena  seguridad y certeza  de la existencia de Dios, independientemente del grupo social, nacionalidad, nivel educativo u organización religiosa a la que pertenezca.

Son múltiples los ejercicios espirituales que tradicionalmente se han enseñado a lo largo de nuestra historia  para lograr dicho objetivo, sin embargo, uno de los más efectivos es el DESPERTAR por medio de la activación de la mente analítica, Haga un clic AQUÍ.

Son muchos los que por medio de arduos, prolongados y difíciles  ejercicios espirituales como la meditación, contemplación oración, ayuno, mantralizaciones, otros, han llegado a tener la convicción y la certeza de la existencia de Dios, pero tal experiencia y convicción no se puede transferir por medio de un sermón o por medio de la narración de un testimonio.

Es algo que cada quien lo debe experimentar directamente. Por tal motivo la mejor recomendación para alcanzar dicho objetivo, sin convertirnos en fanáticos, mojigatos, hipócritas, santurrones, puritanos y beatos, es por medio de la activación de nuestra   mente analítica.

 

 
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